martes, 5 de abril de 2011

Los Inmigrantes

Que irónica es la situación de Superman, sí el mismo del comic, en Kryptón su planeta natal hubiera sido un tipo común y corriente como cualquiera de sus paisanos pero entre nosotros es un superhéroe dotado de tremendas habilidades debido a nuestra atmósfera y los rayos de nuestro sol.
Ok no se asusten, sé bien que Superman no existe (a diferencia de Batman que científicamente hablando podría ser real), pero hay algo de cierto en su historia: aquello de que tipos comunes y corrientes transportados a un mundo en donde son extranjeros parecieran estar dotados de poderes sobrenaturales que los hacen levantarse por sobre el común de los mortales.
Dicen que todos los franceses son estupendos cocineros, por consiguiente un chef francés en Paris no es más que otro tipo que cocina bien sin embargo el mismo individuo en Nueva York coloca un restaurant y se hace millonario. Un monje budista en Tailandia es otro calvo más vestido de rojo pero transplantado a un spa en Bueno Aires es un gurú seguido por muchos.
La imagen que encabeza esta entrada corresponde al Barrio Los Inmigrantes en el Cerro Concepción de Valparaíso, sector de la ciudad que actualmente vive un auge inmobiliario por haber sido declarado patrimonio de la humanidad y que también lo vivió casi un siglo atrás cuando era el refugio de la clase alta extranjera residente en Chile.
Dos factores en común unían a estos hombres oriundos de Inglaterra, Croacia, Alemania e Italia por mencionar algunos. El primero es que luego de un par de décadas en nuestro país se habían convertido en los controladores de la producción industrial, el comercio marítimo y la actividad minera, y lo segundo es que la mayoría de ellos años antes había llegado a Sudamérica con una mano adelante y otra atrás.
Supongo que algo ocurre cuando estamos lejos de los nuestros, en una tierra lejana, intentando aprender un idioma que no entendemos, consumidos por la nostalgia,… algo ocurre que nos hace sacar lo mejor de cada uno, algo ocurre que nos hace superar nuestros límites, quizás sea el sentirnos obligados a sobrevivir, quizás sea el que no tengamos otra opción que la de dar nuestro mayor esfuerzo, quizás sea el vernos empujados a abandonar nuestra comodidad o quizás sea el hecho que sin familia y sin amigos cerca no queda otra cosa que abocarse tan solo al trabajo, quien sabe la respuesta tan solo la tienen aquellos que han abandonado su tierra para convertirse en superhéroes en un lejano planeta.

4 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

Es cierto, lo defines muy bien. Cuando vives en tu país todo te arropa, tu familia, tu tierra, tus amigos, ya te conocen.

Cuando sales fuera toca DEMOSTRAR y eso te obliga a esforzarte en cada paso que das. No es malo, al contrario, creo que uno saca lo mejor de uno mismo que estando en casa quizás el esfuerzo no sería ni la mitad.

saludos

Belén dijo...

Yo creo que lo mejor es saberse vender...;)

Besicos

Ana dijo...

El hombre y las circunstancias. El hombre se vuelve fuerte (económicamente) poderoso (socialmente) y exitoso (materialmente) cuando encuentra la manera (no nos detengamos en la manera) de que algunos depositen su confianza en él.
Que bueno regresar y encontrar tu estilo. Un abrazo.

Patricia González Palacios dijo...

Si también cuando hemos vivido años en un barrio y nos cambiamos, también de alguna forma nos sentimos inmigrantes y más cuando no tenemos alma nómada de andar moviéndonos de un lugar a otro, no crees!!, buen fin de semana.