martes, 17 de julio de 2012

El Botero de Gatti


“Cuando tenga un millón, cuando seamos ricos 
Me compraré zapatos, te compraré un vestido 
Te llevaré al paseo donde pasan los gringos 
Y compraré una caja entera de cigarrillos. 


 Agua al agua, la lluvia sobre el río 
Agua al agua, la lluvia sobre el río. 


 Cuando tenga un millón descansaré el domingo 
A la deriva total que apuro tienen los ricos, 
Cuando tenga un millón, cuando seamos ricos, 
En la proa descalzo te quitaré el vestido.” 

Recuerdo que a mis trece o catorce años luego de arribar al liceo público donde estudié la secundario descubrí un mundo completamente distinto al que conocía en el colegio privado y clerical donde había pasado mis años de primaria. Conceptos como cesantía, injusticia social, pobreza y otros comenzaron a tomar cuerpo y empecé a conocer ejemplos concretos de ellos. También cambiaron mis gustos musicales, por cierto seguí escuchando el rock latino tan en boga en aquellos años, pero descubrí a Silvio, Milanes, Inti Illimani y entre todos ellos a Gatti. 
Una tarde escuchaba en mi radio AM el mítico programa dimensión latinoamericana de la radio Recreo cuando allí presentaron El Botero de Eduardo Gatti y creo que fue quizás la primera canción a la que presté atención a su letra. Por las siguientes horas no dejaba de darme vueltas en la cabeza la letra. Como desde la perspectiva de la pobreza un millón (en ese entonces unos U$ 10.000) parece una cifra capaz de cubrirlo todo; como el botero en su ternura solo quería acceder a cosas sencillas y comunes, pasear, dejar de comprar cigarrillos sueltos, descansar un día domingo; pero por sobre todo me llamó la atención el juego entre el segundo y último verso, ya teniendo zapatos y vestido se podían dar el lujo de no usarlos. 

Resulta curioso que a la vuelta de más de veinte años haya sido mi hijo el que también comenzó a descubrir la dulzura de la poesía en una canción de Gatti, en esta ocasión “Estrellas, Caballos, Centellas” , pero dicha canción da para otro post.

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