domingo, 15 de septiembre de 2013

Huanchaca

Hoy solo quedan gruesas y enormes paredes de rojiza piedra andesita. Desde lejos pareciera ser las ruinas de una antigua pirámide o templo solar que durante milenios se alzó como lugar sagrado para alguna perdida civilización Atacama. La verdad es bastante menos poética y gloriosa. 
Huanchaca fue una gigantesca refinería de hierro y plata construida en el costado sur de Antofagasta por capitales chilenos y bolivianos en 1883, apenas a cinco años de haber terminado la guerra que ensangrentó a ambos países. Quizás resulta lógico que si la guerra se declaró por intereses empresariales hayan sido estos mismos intereses los que fomentaron la paz. 
El monumental elefante blanco, o más bien rojo, fue la refinería más grande y moderna de su época en el cono sur. Sin embargo la tecnología avanzó rápido, en especial durante la revolución industrial, y a menos de quince años de su puesta en marcha debió ser cerrada por sus altos costos y su ya no competitivo proceso de producción. El elefante rojo era demasiado lento y torpe. 
Nos guste o no, las ruinas en Chile solo hablan de plantas industriales y gigantescas fortunas surgidas y pérdidas de un momento a otro. Quizás ese es nuestro sino.

1 comentario:

Alís dijo...

Chile es joven todavía como para tener todo tipo de ruinas. Tal vez no sea tan mala señal que las que tiene estén relacionadas con el ámbito industrial.

Un abrazo