martes, 29 de octubre de 2013

Raíces (Republicación del 05/10/09)

Hace unos cuantos años un fuerte temporal de viento derribó un añoso ciprés que coronaba el centro de la Plaza de Armas de la ciudad de Quillota. En lugar de ser convertido en leña un tallador local lo transformó en una interesante escultura alegórica a la agricultura, principal actividad económica de la zona, en donde la figura central está construida con las mismas raíces del gigante caído. 
Observando esta fotografía tomada hace ya algún tiempo no pude dejar de pensar en mis propias raíces y en ese ir y venir mental propio de las mentes desordenadas recordé un proyecto de ley que actualmente se discute en nuestro congreso que busca el que cada ciudadano pueda elegir cuál de sus apellidos, paterno o materno, sea el prioritario y por consiguiente el usado para todo fin de identificación. Sé que a muchos esta discusión puede parecer irrelevante y hasta anacrónica pero permítanme contextualizar el hecho de que hace tan sólo una década en Chile todavía existía una marcada diferencia en términos de derechos entre los hijos nacidos dentro de un matrimonio legalmente constituido, legítimos, los nacidos fuera del matrimonio, ilegítimos, y los no reconocidos por el padre, naturales. Como algo hemos avanzado, desde el gobierno de Ricardo Lagos y reformas constitucionales mediante en nuestro país actualmente se garantiza la igualdad de derechos de cuna y obra y gracia de las pruebas de ADN todo menor debe llevar el apellido de su padre quiéralo este o no. 
Volviendo al punto central la mencionada iniciativa parlamentaria despertó mucho más polvareda de la que se podría suponer. Los sectores más conservadores se opusieron tenazmente alegando que el uso en primer término del apellido paterno es parte de nuestra tradición republicana la que se basa y condice con los usos de los colonizadores españoles y las costumbres de nuestros pueblos originarios, cuestión que es cierta. Por contraparte los sectores más progresistas señalaron que cada individuo tiene el derecho a elegir libremente aquellos elementos que constituyen su identidad y que priorizar el apellido paterno por sobre el materno es una discriminación por género, cuestión que también es cierta. Como es lógico suponer no ha habido acuerdo y el proyecto de ley permanecerá en discusión eternamente como siempre ocurre. 
Más allá de los enunciados de nuestros “honorables” diputados, en mi opinión si el nombre define la identidad el apellido define la procedencia, la raíz de la cual somos originarios. En mi caso llevo orgulloso el apellido de mi padre que sin ser de alta alcurnia es el de un hombre honesto, trabajador y esforzado que hasta sus últimos días siempre estuvo manifiestamente preocupado por mí. En él están mis raíces, de él heredé buena parte de mis virtudes y también mis defectos; lo que soy, mucho o poco, se lo debo a él, aunque no puedo dejar de aclarar que no por lo anterior menosprecio el aporte de mi querida madre. 
Pero esa es mi experiencia, lo que a mí me tocó vivir, porque igualmente conozco decenas de casos de personas que nunca tuvieron una imagen paterna sino que fueron sus madres las que debieron asumir el rol de ambos padre y madre a la vez, o esa imagen fue encontrada en la figura de un padrastro, un tío o un abuelo. Porque entonces estás personas deben verse obligadas a rendir honra con su apellido a alguien al que en muchos casos ni siquiera conocen y a quien poco o nada le deben. 
Los apellidos más que un origen genético o biológico deberían implicar pertenencia, fundación, cimiento, por consiguiente no necesariamente deben estar con quien nos procreó sino más bien deberían estar con nuestras verdaderas raíces, las de afecto, educación y esa hermosa y compleja palabra llamada crianza. 
Luis Santibáñez Miranda.

domingo, 27 de octubre de 2013

Pascuala

Hija de los artistas plásticos Gonzalo Ilabaca y Pilar Argandoña, no fue al colegio en sus primeros años sino que aprendió a leer enseñada por sus padres mientras recorría con ellos el país de norte a sur. 
Durante su infancia y adolescencia vivió en India y México hasta regresar a Valparaíso donde plasmó sus vivencias en su propuesta musical. 
Lo anterior es su biografía, lo importante es que Pascuala paso a paso se ha convertido en la natural sucesora de Violeta Parra, investigando las raíces no solo de nuestro folklore, y no solo del folklore latinoamericano, sino de la música étnica en los cinco continentes, todo ello en las claves de la música actual. 
Ya sea cantando una rogativa mapuche, una cueca nortina o algo de drum & bass, escuchar a Pascuala es conectarse con esa música nacida al interior de los campos, en los cultos amerindios o en las cantinas porteñas. 
Su generación, de la que también participan Nano Stern, Manuel García y otros, son el fiel reflejo de que el truncado, y en alguna época proscrito, canto de Violeta y Victor sigue absolutamente vigente.

domingo, 20 de octubre de 2013

Entre Colibrís

Cuando era niño vivíamos en una hermosa casa con un gigantesco patio lleno de árboles coronado con un parrón en su centro. Mis padres solían pasar horas bajo el sol contemplando y celebrando a la bandada de golondrinas que cada primavera se hacían dueñas de nuestros exteriores. 
La verdad es que yo salía al patio solo si me obligaban. Lo que me interesaba estaba dentro de la casa: mi habitación y mis cosas, el equipo de música, el televisor y el Atari primigenio antepasado de las actuales consolas. 
El verano recién pasado vacacionaba en el lejano pueblo de Tortel. Cierta mañana en la que se alternaba una intensa lluvia y los rayos del sol me encontré caminando entre pasajes cubiertos de enredaderas hasta ser asaltado por una bandado de colibrís. Supongo que en ese momento entendí lo que mis padres habían descubierto hace rato: que la belleza se aprecia con los años.

sábado, 19 de octubre de 2013

Terrazas

Hace quinientos años las terrazas levantadas el altiplano andino fueron capaces de alimentar a un imperio de más de quince millones de personas. Un par de siglos después, a raíz de las guerras y enfermedades originadas por la conquista europea, la población nativa había disminuido en algunos lugares casi en un noventa por ciento. 
En esas circunstancias tantas hectáreas dedicadas a la agricultura y por sobre todo el flujo de agua para alimentarlas parecía un despropósito, por lo mismo y en busca de usos más rentable paulatinamente el curso de los ríos andinos fue intervenido para usar sus aguas en la actividad minera. 
La minería fue creciendo hasta convertirse en la principal fuente de riqueza de las naciones con participación en la meseta de Los Andes, entonces los cursos fluviales siguieron siendo intervenidos, el desierto continuó su avance, las terrazas se continuaron secando hasta en algunas regiones como San Pedro de Atacama desaparecer casi por completo. 
En tiempos en los que la crisis de alimentos se vaticina como la uno de los grandes problemas futuros la solución pareciera estar a la mano en una receta milenaria que nunca necesitó de manipulación genética. Sin embargo usarla requiere abandonar nuestro culto por la riqueza.

lunes, 14 de octubre de 2013

No Entrar

Un letrero de “No Entrar” en el acceso a las cabañas al costado de la Laguna del Inca en el centro invernal de Portillo pareciera no tener nada de particular a no ser que en Chile las leyes y la constitución garantizan el libre acceso a todos los cursos acuíferos, sean estos lagos, lagunas, ríos y obviamente el océano. 
Lo lógico sería entonces defender indignadamente nuestros derechos ciudadanos, y obviamente ello es necesario. Pero no deja de ser cierto que en la mayoría de los casos el libre acceso a los espacios naturales termina siendo la mayor condena de estos mismos. 
Si miramos las playas del litoral sur de la V región o el Salto del Laja en la región del BioBio, ambos lugares de acceso libre y concurrencia masiva, podemos notar la irracional y dañina presenciad las masas que al parecer piensan que por ser un sitio público no necesita ser cuidado. Restos de alimentos, envases plásticos, pañales y un sinfín de desperdicios terminan siendo el legado recibido por playas y cauces fluviales. 
Por contraparte si miramos lo que ocurre en balnearios, termas o parques privados de ingreso excluyente, ya sea por sus precios o por la dificultad de acceso, encontramos que la naturaleza se encuentra en su estado más prístino y no es precisamente porque los concesionarios tengan un ejército de aseadores. 
Algo grave pasa con nuestra educación, con nuestra cultura, no sé si es un inmenso resentimiento social que sencillamente nos impide apreciar lo bello y tenemos el impulso de destruirlo; sea como sea aún la propiedad privada y el mantener alejado al grueso de la población es la lamentable mejor forma de proteger a la naturaleza, no en vano nuestras joyas paisajísticas: San Pedro de Atacama, Torres del Paine o Rapa Nui, son lo que son sencillamente porque es difícil y caro llegar allá.

sábado, 12 de octubre de 2013

Tamango

Corría febrero del 2013, tras volver de la región de los fiordos en el límite de Aysén y Magallanes con mi hijo hacíamos un alto en la Reserva Natural Tamango en las inmediaciones de Cochrane capital de la provincia de Capitán Prat. 
Tamango es uno de los principales refugios de huemules en toda la Patagonia y poder observarlos en estado salvaje es lo que atrae a la mayoría de los visitantes del lugar. 
Siguiendo las instrucciones de los guardaparques de Conaf avanzábamos por un sendero en una saliente rocosa en el margen poniente del río Cochrane. Las aguas entre azul y turquesa cortaban abruptamente la estepa patagónica hasta desembocar algunos kilómetros más al norte en el lago del mismo nombre, el mismo que en territorio argentino es conocido como Pueyrredón. Hacia el este y el sur se ven nítidamente los picos montañosos que culminan en el monte San Lorenzo y la contemplación de estos gigantes de granito tan solo es interrumpida por el paso de alguno que otro cóndor, en su gran mayoría hembras. 
Para avistar un huemul se necesitan dos cosas: suerte y guardar un completo silencio, sabido es que el ciervo austral es extremadamente tímido y ha aprendido, con razón, a desconfiar de los humanos. 
En la huella por la que avanzábamos se habían producido varios avistamientos en los últimos días así que nos movíamos silenciosamente con las cámaras fotográficas listas para disparar. De tanto en tanto divisábamos a otros visitantes que también se comunicaban con silenciosas señas en espera de capturar la imagen del hippocamelus bisulcus. En eso estábamos cuando… 
“Chiquillos, chiquillos, tómenme una foto acá arriba de esta roca con este paisaje espectacular de fondo”, ese fue el primero de varios estridentes gritos con la que una desagradable mujer hizo su aparecida en escena; al poco rato lo siguió un chillón “viejo, viejo, espérame que me cuesta caminar entre las piedras” que pareció quedar retumbando entre los cañones patagónicos. 
De más está decir que cualquier huemul en unos cuantos kilómetros a la redonda escucharon los gritos y sintieron el saturado aroma floral del perfume de la susodicha, huyendo en la dirección contraria. 

Pretender conocer la naturaleza implica respetarla, tal cual como se respeta una iglesia.

jueves, 10 de octubre de 2013

Palabra de Barman

• Pasa por la barra, convérsate un trago, después si quieres ándate a una mesa.
• No le des la espalda a la barra, eso es de rotos. 
• Ni soy doctor ni soy maestro y si no te he visto nunca difícil que sea tu amigo, así que trátame por mi nombre. 
• No se te vaya a ocurrir llamarme chasqueando los dedos. 
• Un buen trago toma tiempo, una buena atención también. En una buena barra no hay apuro. 
• Si te quejas del Martini fuerte o del Borgoña dulce es que no sabes de tragos, así que o preguntas primero o te callas después. 
• Ningún problema en llevarle un trago a la señorita que tú quieras, pero solo eso. Nada de papelitos, mensajitos o números telefónicos. No soy el celestino de nadie. 
• No te olvides de la propina, mira que algún día puedes volver.

lunes, 7 de octubre de 2013

La Otra Cara de La Moneda

Lamentablemente desde hace cuarenta años y quizás por bastante tiempo la imagen más conocida del nuestro palacio de gobierno, la Moneda, es la de aquellos aviones Hawker Hunter arrojando sus cohetes Sura P3 transformándola en un mar de llamas ese fatídico 11 de Septiembre de 1973. 
Luego del retorno a la democracia, en especial en la Plaza de la Constitución, paulatinamente se fueron reemplazando los símbolos pro militares por mobiliario público y prados. Luego el año 2000, al comienzo del gobierno de Ricardo Lagos, se levantó la estatua al fallecido presidente Salvador Allende y hacia el final del mandato del mismo presidente se inauguró el Centro Cultural La Moneda, convertido en la actualidad en uno de los principales focos culturales del país por donde han pasado exhibiciones tan célebres como los soldados de terracota de China, muestras fotográficas de Anne Chapman, selección de obras de Frida Kahlo, la colección de las principales obras de Matta, exposiciones de trabajos de Kandinsky, Miró y Picasso, además de una sala permanente con parte de los bordados en aspillera de Violeta Parra que en su momento estuvieron en el Museo de Louvre. 
Los sutiles cambios del barrio cívico han continuado. En el año 2010 se instaló en la Plaza de la Ciudadanía la estatua de José Miguel Carrera, símbolo de la rebeldía independentista, como un contrapeso al monumento al dictatorial Bernardo O´Higgins, figura histórica usualmente comparada con la de Pinochet (aclaro que por su absolutismo y no por su rol de libertador patrio). 
Hoy en día los automovilistas santiaguinos deben soportar los trabajos que buscan convertir todo el frontis del palacio de gobierno en una gran explanada cívica que una la Plaza de la Constitución, la Moneda y la Plaza de la Ciudadanía transformándolos en un solo gran parque ciudadano lleno de áreas verdes que inviten al disfrute en familia. 
El proyecto urbanístico es ambicioso pero necesario, porque así como después de un quiebre sentimental lo mejor es renovar el look, también después del quiebre de nuestras instituciones lo mejor es renovar su imagen y símbolos.

sábado, 5 de octubre de 2013

Almas de Vapor

Cuentan que Atacama está llena de tesoros que el Inca dejó a su paso y que mandó a ocultar cuando supo las intenciones del conquistador europeo. Luego hombres de todas las latitudes se lanzaron a la búsqueda del oro escondido pero solo encontraron la muerte en medio del desierto y los salares. Sus almas son las fumarolas que cada mañana, al alba, se alzan de las entrañas de la tierra en donde quedaron atrapados por osar buscar las riquezas que pertenecían a otros, los andinos. 
Cuentan en Nahuelbuta que un día el sol se enfureció con su esposa la luna y sin poder contenersa la golpeo. Ella presa del dolor y la tristeza lloró y sus lágrimas caídas a la tierra se convirtieron en plata. Luego el sol al darse cuenta de su error lloró de arrepentimiento y sus lágrimas caídas a la tierra se convirtieron en oro. Por eso quienes se desviven buscando ambos metales siempre estarán presos de las lágrimas que los originaron.

jueves, 3 de octubre de 2013

En Concierto

Creo que fue gracias a Soda Stereo que descubrí la magia detrás de un concierto. Lo sorprendente que resulta ver como las voces a las que estás familiarizados por la radio se convierten en seres de carne y hueso, usualmente más altos, bajos, gordos o delgados de lo que los habías visto en televisión; la adrenalina desbordante de oir a cientos o miles de personas corear una canción; la suerte de verdadero trance en la que se entra al escuchar la música a todo volumen; y por sobre todo lo distinto, para bien o para mal, que resultan las versiones en vivo de los temas de una banda. 
Cuando poco más de una década atrás internet acabó con las ganancias millonarias de los sellos y los artistas por concepto de venta de discos trajo como resultado que bandas y solistas debieran volver a los escenarios para poder, legítimamente, lucrar de su música. Aquello trajo como consecuencia la desaparición de las creaciones de laboratorio que solo se escuchaban bien con la ayuda de emuladores y sintetizadores. 
En alguna medida un concierto es una suerte de hora de los “qué hubo” para un músico, el momento en el que realmente se ve su calidad interpretativa y por sobre todo se pone a prueba el nivel de comunión con su público, y en ello solemos llevarnos gratas sorpresas o tremendas decepciones.